ÁLAVA
Existió, cerca de Oyarzun, una ermita
puesta bajo la advocación de Nuestra Señora. La imagen de la Virgen sostenía en sus
manos un precioso rosario, que admiraban grandemente los muchos devotos que allí
acudían.
Un buen
día, apareció en las cercanías de la ermita, un numeroso cortejo, acompañando a su
señora, una noble joven francesa que se dirigía a la corte española.
Al llegar
a las mismas puertas de la ermita, decidieron descansar a la sombra de los árboles que
allí crecían. Dieron suelta a los caballos y la joven dama, escoltada por su paje, quiso
entrar a visitar la ermita.
En cuanto
la francesa vio el rosario que la Virgen llevaba entre las manos, deseó tenerlo, y le
pidió a su compañero que se lo alcanzara. El joven, se negó rotundamente, intentando
hacer comprender a la dama que
tal cosa sería un sacrilegio, y que orfebres y joyeros conocía
que le pudieran hacer mejores y más ricos rosarios, si tanto anhelaba tener uno.
Pero nada
convenció a la dama, que sin más palabras, subió las gradas del altar y cogió lo que
tanto deseaba, ocultándolo cuidadosamente entre sus ropas, mientras su acompañante
quedaba aturdido por su osadía, e inquieto por no haber podido evitar tan mal
comportamiento.
Reanudaron
el viaje y poco más de cien metros habrían cabalgado, cuando en mitad del camino
apareció la alta figura de un anciano, que levantando los brazos, gritó:
"¡Deteneos, caminantes y que nadie tema nada, salvo quien tenga que temer.!". Y
dirigiéndose a la dama, le dijo: "A vos, os digo que me entreguéis el rosario que
habéis robado en la ermita de la Virgen".
Ella
empalideció, y negó con energía que hubiese robado nada, más el anciano insistía:
"Sé que habéis sido vos. ¡Devolved lo que robasteis...!". Una y otra vez, la
dama rechazaba las acusaciones por falsas, sin que el viejo dejara de insistir en que
devolviera lo robado, hasta que de la boca de la joven salieron estas palabras: "Juro
que nada he robado y si miento, que me convierta en piedra".
Y en el mismo momento de acabar de proferir tal
perjurio, la dama quedó convertida en piedra.
Y dicen
que aún puede verse una antigua roca , cerca de la ermita, donde está grabada la figura
de una mujer a caballo.
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