La
Reconquista
En el año 1085, el avance musulmán es
implacable y los Reyes de Castilla no responden a los ataques, debido principalmente a los
problemas internos del reino.
Las tierras entre el río Duero y el río Tajo, fueron saqueadas por los musulmanes
almorávides.
Los almorávides estaba compuesto por un movimiento integrista de corte radical formado en
el Magreb por monjes guerreros impulsados
por el ardor fanático de la Guerra Santa.
El Cid permanece sin acción desde el año 1084 hasta el año 1087.
Alfonso baja hasta tierras de Badajoz donde sufre una severa derrota que a punto está de
costarle la vida.
Los almorávides luchaban con una entrega y furor inusitado, que se convertía en
una auténtica amenaza para los reinos cristianos.
Alfonso llamó entonces a El Cid Campeador y le donó un gran señorío en tierras de
Burgos y Cantabria.
El flanco levantino era el objetivo de Alfonso. Su control era necesario. Así podría
mantener a los almorávides que ocupaban el Sur y Suroeste de España.
Así, le ofreció quedarse para él y sus descendientes, todas las tierras conquistadas en
aquellas zonas.
Durante 7 años, El Cid mantuvo a los almorávides a raya, no gratis eso sí. Duras
escaramuzas, enfrentamientos, batallas como la de Cuarte o La Locura del Espanto como
llamaron los musulmanes, hicieron que El Cid mantuviese Levante a raya.
En el año 1094, entró en Valencia.
Envió un regalo a su Rey Alfonso, e hizo que Jimena su mujer y sus hijas, viajaran de
Cardeña hasta Valencia para reunirse con él.
Por otro lado, envió a su único hijo varón Diego a la Corte de Alfonso.
Los aragoneses
por otro lado (Reino de Aragón), toman Huesca en el año 1096 y Zaragoza el 18 de
Diciembre de 1118.
Sin embargo, la vida de El Cid se acercaba a su fin.
Sus hijas Cristina y María (Elvira y Sol según otras fuentes) a quienes El Cid quería
casar con nobles castellanos, fueron ultrajadas por los Condes de Carrión.
Las hijas de El Cid, pasaron por Coruña del Conde y posteriormente tomaron los caminos a
la cercana provincia de Soria, dónde llegaron a Castillejo de Robledo.
En el conocido paraje de El Páramo (Robredo de Corpes), afrentaron (ultrajaron y vejaron)
a las hijas de El Cid. A este hecho se le ha denominado La afrenta de Corpes.
Su hijo Diego, moriría en la batalla de Consuegra acompañando al Rey Alfonso.
Finalmente, el 10 de Julio de 1099, Rodrigo Díaz, moriría en Valencia sin haber sido
derrotado, seguramente consternado por el sufrimiento de sus seres más cercanos.
Jimena, contando con el apoyo del Rey Alfonso, mantuvo la ciudad de Valencia durante 3
años.
Ante la imposibilidad de mantener la ciudad de los continuos ataques almorávides, los
castellanos optaron por incendiar la ciudad y abandonarla.
Consigo en la huída, se llevaron el cuerpo embalsamado de El Cid.
Una leyenda posterior, comenta que montaron a El Cid en un caballo después de muerto, e
hizo huir de espanto y temor a las tropas sitiadoras.
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